Isotipo a

La fuerza es la cualidad de la que dependen todas las demás cualidades

En palabras de Tony Yaniro (el primer escalador en encadenar un 8a) «Si no eres capaz de hacer un solo movimiento, no hay nada que encadenar».
 
Esta frase pone de manifiesto la importancia capital de la fuerza, y especialmente, de la fuerza máxima. Por ello, es fundamental comprender que todas las cualidades que necesitamos para escalar (incluida la salud, la movilidad y la prevención de lesiones) están supeditadas a nuestros valores de fuerza. Si nuestra fuerza es baja, nuestra resistencia será baja. Si nuestra fuerza es baja, nuestra RFD será baja. Y así, con absolutamente todo. Comprender pues la importancia de entrenar fuerza es imperativo para favorecer el rendimiento y para prevenir lesiones.
 
La cantidad de fuerza que somos capaces de aplicar está a su vez determinada por los distintos tipos de fibras (Tipo I, IIA, IIb y IIx) que componen nuestros músculos.
 
Igual que la fuerza es la responsable del movimiento y del rendimiento, la fatiga es la imposibilidad de seguir produciendo fuerza. Y puede tener diversos orígenes, desde la sinapsis neuronal hasta el musculo en sí mismo.
 
Y comprender cómo los distintos niveles de fatiga (hasta el fallo muscular) producidos por nuestro entrenamiento inciden sobre qué tipo de fibras vamos a tener en nuestros músculos es fundamental para controlar el volumen de entrenamiento según las adaptaciones que persogamos.
 
Porque no es el ejercicio el que determina el efecto sino el cómo configuramos sus variables.
Entrenamiento de escalada basado en evidencia científica
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