Mi historia

Hace casi 20 años que empecé a escalar y me pasé más de 10 estancado. Por más que me dejaba la vida en cada entrenamiento no conseguía avanzar.

Para subir de grado intenté todo lo que se puede hacer:

Apuntarme a clases en un rocódromo: y sí, conseguí hacer bloques más duros, pero no había transferencia a la roca porque la forma de escalar no tiene nada que ver.

Pedir consejo a escaladores que hacían más grado que yo y copiar sus métodos de entrenamiento: y sí, conseguí hacer más dominadas y colgarme en regletas más pequeñas, pero cuando tocaba escalar estaba matado, con molestias en codos y los dedos llenos de esparadrapo y seguía sin subir de grado.

Probar todos los métodos que encontraba en libros, vídeos y revistas: hacía y mezclaba de todo, pero como no sabía por qué ni para qué hacía cada ejercicio, sólo conseguía salir agotado del entrenamiento, sin ver mejoras en la roca.

Probar a sólo escalar en roca: iba a todas las escuelas que podía y probaba todas las vías que podía. Y sólo conseguí colgarme en más vías y tener cada vez más miedo a caerme, no subir de grado.

Preguntar a todos los entrenadores que conocía que qué me faltaba para escalar mejor. Pero ninguno me sabía decir exactamente qué era. Sólo me decían que tenía que entrenar y escalar más. Pero había comprobado que eso no funcionaba.

Con todo lo que me había esforzado, las horas que había entrenado, la energía y la ilusión que había puesto…

En un mundo perfecto entrenar te tiene que hacer mejorar.

En un mundo perfecto cuando entrenas te pones lo suficientemente fuerte como para encadenar.

En un mundo perfecto entrenando sales del estancamiento.

En un mundo perfecto entrenas y subes de grado.

Por eso he desarrollado la única formación que te enseñará cómo entrenar los parámetros clave del rendimiento en escalada, a analizar cuáles son los que no te están dejando evolucionar y, en base a ello, diseñarte tu entrenamiento perfecto, teniendo la certeza de que te llevará a conseguir tu objetivo.

Más de 300 escaladores han pasado ya por mis manos y ahora saben trazar el camino más corto para escalar lo que se proponen.

Y tú, ¿quieres seguir donde estás?

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